10 RAZONES
POR
LAS QUE QUIERO PARECERME A MIS GATOS
Con cada estreno de año, me suelo
proponer mejorar; hacer balance sobre qué aspectos hay en mí que no terminan de
convencerme del todo, para intentar cambiarlos.
Tras muchos años de búsqueda de
tipos de personalidades que me sirvieran como modelo a seguir, creo que he dado
con la clave:
PARA LLEGAR
A SER UNA MEJOR PERSONA, DEBO TENER
MENOS DE
HUMANA Y MÁS DE GATA
Observando las
actitudes de estos pequeños peludos, me he dado cuenta de que los gatos representan un gran
ejemplo de vida a seguir:
1.
Son
sencillos, tranquilos y pacíficos
Lo que necesitan para vivir es
muy poco y su calidad de vida es enorme. Se conforman con un lugar mullido y
caliente donde echarse sus buenas siestas y con tener comida y agua, sin ser
nada delicados, ya que a pesar de que casi todos los días se alimentan de lo
mismo, siempre comen con gran apetito y nunca les he visto quejarse o hacerle
ascos a sus galletas.
No necesitan ropa cara con la que
cubrir su desnudo, ni sofisticados avances ni aparatos tecnológicos con los que
entretenerse o divertirse, ni ningún tipo de lujo o capricho para ser felices. Es
asombrosamente poco lo que les proporciona la serenidad, el bienestar y la paz que
poseen y transmiten.
2.
Tienen
carácter, inteligencia y rebeldía
Los gatos son muy listos y cada
uno tiene su personalidad, sus preferencias y sus manías. Todos son muy intuitivos
y sensibles pero, a la vez, todos son diferentes, originales y únicos.
Piensan mucho, entienden todo y
siempre hacen lo que quieren. No les gusta el abuso de poder y se rebelan ante
prohibiciones, órdenes e intentos de disciplina o sumisión.
3.
Son
luchadores, constantes y pacientes
No han hecho ningún cursillo sobre cómo
lograr el éxito, pero saben perfectamente la importancia de la paciencia y de
la constancia para conseguir lo que pretenden: cuando quieren salir o entrar,
esperan junto a la entrada o la salida el tiempo que haga falta, porque de
sobra saben que, tarde o temprano, todas las puertas se acaban abriendo.
4.
Son amantes
de la independencia y la libertad
Son criaturas independientes y
por eso no admiten dueños que les obliguen a hacer las cosas, si éstas van en
contra de su voluntad. Los gatos son animales domésticos, pero no se dejan
domesticar. Convives con ellos, pero ellos viven solos y no lo hacen por y para
nadie.
Tienen un carácter libre que les
impide el sentimentalismo y atarse de forma peligrosa a otros seres. Algunos lo
consideran egoísmo pero yo creo que es un signo de una inteligencia superior; un buen escudo que les evita desengaños, frustraciones y dolor.
5.
Son espontáneos,
francos y transparentes
Cuando un gato quiere algo, te lo
hace saber. Son claros y directos.
Cuando a un gato le gusta algo,
lo notarás por su cara de satisfacción y por su ronroneo y cuando le disgusta
algo, también serás consciente de ello, porque huirá o pondrá sus orejas hacia
atrás, dejando patente su desagrado.
Son coherentes, naturales y sinceros. No conocen
la adulación, la hipocresía ni el disimulo.
6.
Son
elegantes, de modales delicados y limpios
Los gatos poseen una belleza y
perfección innatas y son criaturas exquisitas en sus modales y en su
naturaleza. Son refinados en sus rasgos, elegantes en su porte y cuidadosos en
sus maneras.
Se encargan de asearse a diario
ellos mismos, a lametones, sin necesidad de agua, y no hay ni un solo día en
que mis sentidos hayan percibido que a mis gatos les hacía falta un baño.
7.
Son muy observadores
y el silencio es su mayor medio de comunicación
Los gatos son tremendamente observadores
y siempre están muy atentos y alerta a todo lo que ocurre a su alrededor. Nos
dicen muchas cosas sin necesidad de abrir la boca, en silencio, pero con sus
grandes ojos gritándonos lo que quieren.
Sólo pueden decir “miau”, pero han
aprendido que la forma de decir las cosas, a veces es más importante que lo que
se dice en sí. Por eso, les basta una sola palabra para expresar todo lo que necesitan,
únicamente variando el tono. De esta forma, el miau de “saludo”, es diferente
al miau de “no me encuentro bien” y éste, a su vez, es completamente distinto
al miau de “quiero algo”.
8.
Son muy curiosos,
enigmáticos y adoran jugar
Como los niños, los gatos
mantienen durante toda su vida un espíritu curioso y juguetón. Muestran interés por todo lo
nuevo y tienen la necesidad de inspeccionar cada rincón novedoso, de olisquear
cada cosa ajena que aparece en su camino.
Siempre están dispuestos para el
juego y son totalmente impredecibles. El simple hecho de observarlos es un
placer, ya que tanto sus poses, como sus movimientos, como sus actitudes
resultan siempre tan interesantes como sorprendentes.
Y respecto a lo de "la curiosidad mató al gato", es cierto que ser curiosos a
veces puede conllevar algún tipo de riesgo, pero ¿acaso no son un peligro mucho
mayor la apatía o la pereza?
9.
Son
buenos
Como todos los animales, los
gatos son buenos por instinto,
sin proponérselo, sin que les suponga ningún esfuerzo. Lo son sin más y nunca
le harán daño de forma consciente a alguien que quieren.
La naturaleza les ha dotado de dientes y uñas
afilados, que solo usan para defenderse en casos de máxima necesidad. Si pueden
utilizar un bufido o una mirada amenazante, morder y arañar serán siempre un
recurso a evitar.
No saben lo que es el odio, ni la mentira, ni
la perversidad y a través de sus ojos solo podrás ver inocencia, pureza y
bondad.
10. Son
mimosos, se dejan querer y son muy queridos
Los gatos son cariñosos y es
cierto que no demuestran su afecto de forma tan efusiva como los perros, pero
te hacen saber que te aprecian y te prefieren a otros, escogiendo tu regazo
para acurrucarse, buscando tu mano para exigir que les acaricies y eligiendo tu
cama para ofrecerte una exquisita
compañía nocturna: suave, silenciosa y cálida.
Reclaman sin vergüenza mimos y con su ronroneo
te hacen saber que agradecen las caricias, el calor y el sentirse queridos.
Guardan lo mejor de sí para aquellos que les cuidan y que se han ganado su
confianza a base de cariño. Del resto desconfían y hacen muy bien.
Los gatos sienten y te demuestran el cariño a su manera; se dejan mimar y les encanta que se les quiera ..… ¡y vaya
si se les quiere!
¡Hola, MPY!
ResponderEliminarFelicitaciones por tu blog. Tu última entrada me ha encantado, muchas gracias por publicarla. 100% de acuerdo con tu oda al espíritu felino. Tenemos mucho que aprender de nuestros amigos peluditos.
Destacaría de los puntos que has expuesto el espíritu independiente y perseverante de los gatos. Y su elegancia natural.
¡Saludos y abrazos desde los Países Bajos!
GAA
Muchas gracias, GAA!!! Me alegra mucho que te haya gustado mi reflexión y que compartas y entiendas tan bien este pequeño homenaje a estos seres tan pequeños, pero a la vez tan enormes. Un abrazo muy fuerte!!
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